miércoles, 23 de noviembre de 2011


Por pedir, pido que me acompañes hasta la parada, en la que días más tarde me estés esperando y que mientras llega el autobús me mires con ojos tristes a la cara, aproveches mi distracción para agarrarme fuerte con tus dos manos, en un intento por no dejarme ir, y me hagas perder todo menos la sonrisa. Por pedir, pido dar un paseo al mismo paso, frenarnos en seco de repente, y mojarnos los labios sin que nos vea la gente. Pido, mientras caminamos por cualquier calle, llevarte y traerte al contarte cualquier estupidez, agarrando con mi mano tu brazo, como si de un acordeón te tratases, y tu risa fuese la mejor de mis melodías. Por pedir, pido pararnos unos segundos ante cualquier escaparate ,continuar andando, y que, momentos después, me preguntes cuánto costaba ésta o aquella cosa. Entonces me pido contestarte que no lo sé, que no me fijé porque lo único que he sido capaz de ver en el cristal ha sido tu imagen reflejada, y aquello... no tenía precio.





2 comentarios: