jueves, 24 de noviembre de 2011

Te miro y elimino la tristeza en un suspiro.

¿Qué porque me gusta? No lo sé. Quizá por sus ojos. Esos ojos que tanto me atraen. Tal vez por su sonrisa. Esa sonrisa que me contagia, solo con mirarme. O por su boca, sus labios y su sabor. Por sus pequeñas manías. Esas con las que me vuelve loca y que a la vez me gustan tanto. Como morderse el labio o toquetearse el pelo cada dos por tres. Sus brazos. Esos brazos que desearía que me abrazasen cada día, cada hora, cada minuto, y cada segundo. ¿Su pelo? Demasiado perfecto. Demasiado bonito para ser realidad. Sus obsesiones. Aquellas por las que vive y tanta envidia me dan, simplemente porque no puedo hacerlas realidad y se centra en ellas mas que en nada. Me gusta por su seguridad. Esa que me transmite con solo mirarle. Y por su inseguridad. La que me asusta y me pone la piel de gallina. Por cómo camina. Por ser distinto de los demás, y no ser el típico capullo, que va de flor en flor. Por no dejarse influenciar y ser siempre él mismo. Su sinceridad. Y porque con su simple hola, hace que sea la persona más feliz del mundo, y del universo. Realmente le quiero por todo, porque lo tiene todo, haciendo así, que todo lo hay al rededor, sea imperfecto a su lado.

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