martes, 20 de diciembre de 2011

No sabría muy bien describir la sensación que me produce. Sería algo parecido al subidón de adrenalina que te entra cuando te precipitas de un acantilado, o como la emoción que se siente en el concierto de tu grupo favorito. También podría ser como la sensación del sol en tu piel el primer día de verano, o como el tembleque de las piernas del primer beso, o como la mañana tras la mejor noche de tu vida...
Júntalo todo y multiplícalo por 10.¡No, por 100 bueno, no, mejor por 1000! Bah, déjalo, si de todas maneras no se acercaría ni un poco a la cifra exacta.

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